Autor: Miguel Calvo
Fuente: http://milksci.unizar.es/nut/mitos.html
Objetivo: Entre los parámetros por los que se mide lacalidad de los alimentos, la "saludabilidad" es fundamental, y actualmente ya no sólo se pide a los alimentos que sean "saludables" en el sentido de que aporten los nutrientes necesarios y de que sean seguros química y microbiológicamente, sino que también se les exige que promuevan la salud de forma activa, actuando como agentes preventivos de enfermedades. Sin embargo, la mayor capacidad adquisitiva no está acompañada en absoluto por unos mayores conocimientos sobre los alimentos o sobre la nutrición. Lo único que se tiene es la idea general de que algunas de las enfermedades más mortíferas del mundo moderno, como el cáncer y las enfermedades coronarias, pueden prevenirse en cierta medida con modificaciones dietéticas, la necesidad de ciertas sustancias, como proteínas y vitaminas, y poco más. A esto se une una cierta desconfianza en que las autoridades sean capaces de prevenir eficazmente los riesgos derivados de los alimentos, atizada periódicamente por la aparición de noticias negativas en los medios de comunicación, y una cierta añoranza de los "viejos buenos tiempos", que en general no fueron precisamente buenos, y tenemos ya clientes potenciales para alimentos "especiales", cuya diferencia fundamental con los "normales" es que son mucho más caros, o para suplementos de todo tipo. Esos que hacen cierto el dicho de que los norteamericanos disponen de la orina más cara del planeta.
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Alimentos milagrosos
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Los suplementos de proteínas de todo tipo, y de aminoácidos individuales o mezclados, son muy populares en el mundo del deporte, especialmente entre los interesados en el aumento de su masa muscular. Sus vendedores olvidan mencionar a los clientes que una dieta normal contiene todas las proteínas (y aminoácidos) necesarias, en cantidad más que suficiente, y que el aumento de la masa muscular se produce por el entrenamiento, sin que tenga ningun efecto una mayor cantidad de proteínas.
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4. Sustancias
"milagrosas"
4.1 Suplementos vitamínicos
Además de alimentos “saludables”, “no
convencionales”, “bio” o “enriquecidos”,
podemos encontrar en tiendas de dietética, y por supuesto en Internet,
suplementos de vitaminas y minerales variados, tanto que en algunos casos esas
supuestas vitaminas ni siquiera aparecen en los libros normales de nutrición.
En primer lugar encontramos algunas vitaminas que
supuestamente tienen un efecto beneficioso sobre la salud en dosis mucho
mayores que las consideradas normalmente como necesarias. Entre ellas destaca
la vitamina C, que según la publicidad habitual es
fundamental en la prevención y tratamiento de gripes catarros y demás dolencias
invernales (nunca se ha demostrado ningún
efecto real), o los cócteles de vitaminas antioxidantes (A, C y E), por su
posible efecto preventivo frente al desarrollo de ciertos tumores. Aunque se
han hecho estudios amplios y costosos (financiados por sus fabricantes) no se
ha encontrado tampoco ningún efecto preventivo, aunque naturalmente no pueda
descartarse.
A la hora de diferenciar el producto, algunos vendedores
contraponen las vitaminas “naturales”, es decir, las presntes en los alimentos
que pueden ser extraídas de ellos, a las vitaminas “artificiales”. Es decir, a
las obtenidas por síntesis química, o mas bien por
sistema biotecnológicos. Esto es en al mayoría de los casos (en el de la
vitamina C particularmente, ya que suele
ser la más afectada por esta distinción) un completo absurdo. El ácido
L-ascórbico es lo mismo desde todos los puntos de vista posibles, químicos o
biológicos, proceda de los residuos de la elaboración de la piña o de un
proceso biotecnológico.
4.2 Suplementos minerales
Los minerales son también componentes esenciales de la
dieta, lo que los hace susceptibles de venta como suplementos, siempre con la
coletilla de las deficiencias de la "dieta moderna". Tienen además la
ventaja de que el coste de las cantidades añadidas a los alimentos
"enriquecidos" o las utilizadas en la elaboración de suplementos en
cápsulas es prácticamente nulo. Con el añadido publicitario de lo
"natural", ya ni siquiera se utilizan en muchos casos sustancias
puras. Por ejemplo, como suplemento de calcio se comercializan cápsulas con dolomita,
material que forma montañas por todas partes, y que se utiliza como grava. Los suplementos utilizados habitualmente en
alimentación animal cumplen normalmente mayores exigencias de calidad en cuanto
a contenido en calcio.
Además, para ampliar la "gama de productos" se
incluyen a veces entre los minerales "suplementarios" elementos cuya
necesidad para el organismo es muy discutible, como el litio, o que son
indudablemente innecesarios, como el germanio o el oro.
4.3 Falsas vitaminas
En la nomenclatura particular de los vendedores de
suplementos dietéticos, los ácidos grasos esenciales, linoléico y linolénico,
reciben el nombre de "vitamina F". Al menos son sustancias con un
claro valor nutricional, y esenciales en la dieta, aunque no sean propiamente
vitaminas, lo que no sucede en los demás casos.
La taurina también se comercializa como una vitamina. Lo
es para los gatos, también casi con seguridad para los niños recién nacidos
prematuros, y posiblemente lo sea para todos los recién nacidos. Por esta razón
se añade a las leches artificiales utilizadas en alimentación infantil. Pero
desde luego, la taurina no es una vitamina para los adultos, que podemos
sintetizar toda la necesaria. Además de como vitamina, también la taurina suele
formar parte de las "bebidas energéticas", junto con componentes como
la glucono-delta-lactona, un producto de oxidación de la glucosa cuyo eventual
papel biológico como "pseudovitamina" es un misterio para el autor de
este trabajo.
El inositol es una sustancia necesaria para algunos
animales superiores y microrganismos.
Los ratones pierden pelo si carecen de él en la dieta. No es en absoluto
esencial para la especie humana, y
además se encuentra en todo tipo de alimentos, pero dado el efecto que su
carencia produce en los ratones, se vende extensamente como una
"vitamina" contra la calvicie.
Con el nombre de "vitamina P" se comercializan
los flavonoides, de los que existen varios miles en los vegetales, y
especialmente la rutina. El nombre de "vitamina P" se debe a Szent-
Györgi, notable investigador en vitaminas reales, cuyo prestigio ha permitido
el mantenimiento de este nombre erróneo. Su actividad como antioxidantes hace
que puedan tener algún efecto preventivo de las enfermedades relacionadas con
este proceso, como ciertos tipos de cáncer, pero desde luego no son esenciales
(ni necesarios) en absoluto.
La carnitina es una sustancia fundamental en el
metabolismo de los ácidos grasos, interviniendo en su transporte a las
mitocondrias para su oxidación. La
carnitina se obtiene fundamentalmente de los alimentos de origen animal, y es
también sintetizada en nuestro organismo a partir de la lisina, aunque pueden
producirse deficiencias en situaciones patológicas concretas. Se comercializa
como una "vitamina" adelgazante, lo que es doblemente falso, ya que
ni es una vitamina ni tiene ese efecto. El consumo de grasa depende de su
utilización para obtener energía, es decir, de la realización de ejercicio, no
de la cantidad de carnitina disponible.
El ácido orótico, también llamado "vitamina
B13", es un compuesto intermedio en la síntesis de las pirimidinas, que
nuestro organismo sintetiza perfectamente en las cantidades necesarias. También
se han comercializado como "vitaminas" el ácido lipoico, el PABA (acido
para-amino benzóico) que es esencial
para algunas bacterias, pero no para los animales, incluyendo entre ellos a la
especie humana, y la "vitamina B15", o ácido pangámico, una sustancia
sin ninguna función biológica conocida en el organismo humano, pero que es relativamente
abundante en las semillas de los vegetales.
En el caso de la supuesta "vitamina B17"
(amigdalina), obtenida de "huesos" de melocotón y otras frutas, al
fraude económico se une el riesgo para la salud que representa esta sustancia,
debido a que es un glucósido cianogénico. No tiene funciones biológicas, y es
muy tóxico, ya que al idegradarse por los enzimas digestivos libera ácido
cianhídrico. Esta toxicidad ha hecho que, en lugar de renunciar a su
comercialización, actualmente se venda además como agente anticanceroso,
indicando (falsamente) que su toxicidad se dirige especialamente contra las
células tumorales. Su distribución está prohibida en diversos países, aunque se
encuentra a la venta en múltiples distribuidores a través de Internet.
4.4 Lecitina
La lecitina se he comercializado como estimulante
cerebral o como adelgazante, indistintamente, basándose en la presencia de
componentes (fosfolípidos) relacionados con ella en las membranas de las
células cerebrales (y en las de todas las células, por otra parte) y, para su
segunda "función", en su actividad como emulsionante. Evidentemente
pensar que las grasas del tejido adiposo desaparecen por "emulsión"
no tiene sentido. De tener algún efecto, la lecitina ingerida favorecería la
emulsión de las grasas en el tubo digestivo, mejorando su captación. Además, la
lecitina es un lípido, y como tal aporta calorías, y muchas. Es decir, la
lecitina no adelgaza, sino que engorda.
En cuanto al otro efecto biológico que le ha sido
atribuido, el de reducir la tasa de colesterol circulante, podría considerarse
como "no falsa", con la matización de que se debe no a la propia
lecitina, sino al hecho de que la mayoría de las lecitinas están formadas
fundamentalmente por ácidos grasos insaturados, que son los que realmente
producen este efecto.
4.5 Otros suplementos
La lectura de la composición de los prospectos de los
suplementos nutricionales que se comercializan en las tiendas de dietética demuestran la imaginación de sus fabricantes a la hora de
incorporar ingredientes. Junto con vitaminas, pseudovitaminas y minerales se
encuentran productos biológicos en gran número (y consecuentemente en diminuta
cantidad) cuyo efecto nutritivo o saludable nadie ha explicado, aunque aparecen
en los de la mayoría de las marcas. Es realmente difícil explicar que
nutrientes esenciales pueden aportar unas decenas de miligramos de alfalfa,
avena o de perejil, por ejemplo,
ingredientes que entran con frecuencia en la elaboración de estos suplementos.
O el valor suplementario de unas decenas de miligramos de escaramujo seco.
Aunque éste sea el vegetal con mayor contenido de vitamina C, la cantidad que
aporta es mínima comparada con la que se coloca directamente.
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Conclusiones
La falta de conocimientos del consumidor lo sitúa en una
situación de indefensión absoluta frente a la avalancha publicitaria promovida
por empresas dispuestas a situar continuamente "nuevos" y
"mejores" productos en las estanterías de los supermercados. Por otra
parte, los poderes públicos no se van a mostrar probablemente muy exigentes en
cuanto a la veracidad de las afirmaciones publicitarias, excepto quizás con
aquellas que infrinjan claramente la legislación traspasando la barrera entre
alimento y medicamento. Si desde la universidad y desde otros centros científicos
no se da a los consumidores, mediante la divulgación en temas de alimentos y
nutrición, la información que necesitan, y que a veces buscan, la recibirán
sesgada o falsa, desde los sectores económicos interesados.
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