domingo, 20 de abril de 2014

El engaño antivacunas

Articulo publicado en el Blog "La ciencia por gusto" Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 16 de abril  de 2014



Casos de pacientes en EUA
 por diversas enfermedades
antes y después de la era
 de las vacunas
Hay mentiras bobas. Hay estafas. Y hay engaños que caen en otra categoría completamente: los que son viles y peligrosos. El mito, por desgracia cada vez más extendido en nuestro país –y en muchos otros–, de que las vacunas no sólo no son eficaces para prevenir enfermedades infecciosas, sino que causan daños a la salud, es de esta última clase.

Nadie necesita que le expliquen acerca de las vacunas. Es bien sabido que su origen remite al médico inglés  Edward Jenner, quien verificó en 1776 la observación de que las granjeras que ordeñaban vacas solían ser inmunes a la terrible viruela, que desfiguraba rostro y piel y podía ser mortal. Jenner aprovechó el fenómeno al utilizar al virus de la viruela vacuna – del que deriva el nombre de la técnica– para prevenir la viruela.

Las vacunas funcionan porque aprovechan que nuestro sistema inmunitario detecta sustancias extrañas (en este caso, las proteínas del virus de la viruela) para fabricar anticuerpos: proteínas de la sangre con la notable propiedad de unirse en forma específica a ciertas moléculas. Al adherirse a los virus, los anticuerpos los neutralizan y facilitan que otras células del sistema inmunitario los eliminen.

La levadura de cerveza

La levadura de cerveza, es un hongo que se obtiene de la cebada tras una serie de tratamientos y procesos de secado que la hacen apta para el consumo humano. Deberemos diferenciarla de la levadura de cerveza desecada virgen. Esta que se presenta en forma de polvo, se utiliza para fermentar carbohidratos, y no se apta para su consumo.

La levadura de cerveza, se trata en laboratorios habitualmente, de forma que conserve los microorganismos más beneficios para nuestro organismo, como son su alta concentración de proteinas y vitaminas del grupo B.

Precisamente estas proteinas, convierten en la levadura de cerveza, en un ingrediente indispensable para personas vegetarianas, que de esta forma obtienen su aporte de proteinas necesario.Imagen

Sobre las vitaminas, como decíamos, contiene una gran cantidad del grupo B, lo que ayuda en nuestro metabolismo y en la regeneración celular de tejidos como la piel, las uñas o el pelo debido a que contiene biotina .Es por este motivo, por lo que la levadura de cerveza se recomienda para la caida del pelo y para mejorar nuestra piel.

Al margen de proteinas y vitaminas, la levadura de cerveza es rica en aminoácidos esenciales y minerales, lo que ayuda en dietas de un valor calórico bajo. Algunas personas llegan a afirmar que la levadura de cerveza engorda, pero no es así, sino todo lo contrario. Aunque son una fuente de carbohidratos y ácidos grasos, estos ayudan a reducir los niveles de colesterol.

levadura de cervezaLa levadura de cerveza no contiene alcohol, ni azucares, ni ningún tipo de conservante ni colorante. Se utiliza en tratamientos contra la obesidad o la anemia, y ayuda notablemente a reducir el colesterol LDL, conocido como colesterol malo. Por contra, aumenta el colesterol HDL o colesterol bueno. Este último permite reducir el colesterol LDL.

miércoles, 9 de abril de 2014

10 mentiras sobre lo que comes y bebes

1. Beber agua engorda
Sencillamente imposible porque tiene cero calorías. 
2. El Baileys-cola es peligroso
La leyenda dice que te corta la digestión. Tiene versión hard (morir por beber Baileys-cola) y variante soft (desayunar leche con zumo es malísimo). Todo mentira. Que la leche se corte en tu estómago forma parte del proceso natural de la digestión.
3. Comiendo proteína te salen músculos
Es el ejercicio lo que aumenta el músculo. Las proteínas tienen algo que ver (si haces mucho ejercicio, un poquito más de proteína puede ayudar) pero no tanto.

sábado, 5 de abril de 2014

Frutos secos para el ciclismo

Los beneficios dietéticos de los frutos secos son conocidos desde la antigüedad y siempre se han consumido bajo la convicción de que contenían poderosas reservas de elementos nutritivos esenciales. En esta ocasión nos hemos interesado por ellos para analizar una de sus principales características: en igualdad de peso que otros alimentos contienen mayor cantidad de elementos nutritivos que los principales componentes de cualquier dieta. Además, su dócil sabor y la cómoda forma de transportarlos, los convierten en el tentempié ideal para acompañarnos durante nuestras jornadas de actividad sobre la bicicleta.

Frutos oleaginosos y fruta deshidratada
Antes de nada debemos clasificar, de manera ordenada, la lista de frutos secos más utilizados, a la vista de su diferencia estructural. Por un lado tenemos los frutos oleaginosos, llamados así por el alto contenido en grasa de su composición química; en este grupo estarían almendras, nueces, avellanas, cacahuetes, pistachos, coco... Pero también podemos considerar frutos secos a la fruta deshidratada, como uvas, higos, dátiles, albaricoques, ciruelas... Este segundo grupo de alimentos también contiene gran cantidad de nutrientes concentrados pero su composición grasa es mucho menor que los anteriores, sobresaliendo por su riqueza en glúcidos.